20.8.05

(interludio)

Gotas de sol pigmentan en llamas días que se disfrazan de tedio.
Pero es otra cosa…

Cuatro años de cambios, dos de aceleración, uno para violar todas las reglas… ruptura. Después, la ingravidez más absoluta… y en este espacio, delimitado por una trayectoria salvaje, un punto irreal incluso, el tiempo detenido me envuelve y me deja inerme, aparentemente sin objetivos, decaído por la propia victoria; ebrio, ausente, vano. Probablemente, demasiado plácido.

Así, podría reír –o llorar; los extremos se tocan al otro lado del tiempo– ante la consistencia de esta ironía, mas opto por pensar que al menos quedan tres años en este ciclo violento y que el valor será puesto a prueba de nuevo.

Del verano nada quedará, demasiado calor…
y por una vez mejor quemar recuerdos.


[aunque miento, como una puta, el devenir me regala la uve más inesperada.]