26.3.05

Carta de amor II

Querida máquina:

Cuando sea mayor escribiré la novela sobre el miedo. Para entonces, te habré visto tan a menudo en los ojos de tus siervos que podré retirarme a una cabaña vacía solamente a respirar y escribir. Confío en no soñar pesadillas.

Qué haces estos días? Yo estoy jugando mi juego. Fíjate qué chulada, resulta que aquí apenas me llega tu hálito oxidado. Bueno, claro, estoy jodido, debo reconocer que tienes presencia en rostros, miradas, sombras… resultas verdaderamente asquerosa, pero mi órbita ingrávida podría durar más de lo que pensábamos todos. Sé que te jode que use mis propias reglas. C´est la vie, el soñador crea su propio mundo.

Estos días pienso en el determinismo. Sabes que aborrezco la idea de ser las líneas de otro. Últimamente advierto señales que parecen guiños jocosos de un dios demente; hasta los muertos se alzan de sus nichos. No sé si esto tiene mucho que ver contigo, puta. En todo caso, puede que mucho más adelante te cuente la historia de un peligroso alamh negro que intentó seducirme; ahora pienso que tú estabas dentro y esperabas la perfecta ocasión para hundir tu frío puñal en mi cuerpo.

Y bueno, que todo esto resulta indiferente, continúo mis pasos, encuentro placer en mi reino de sueños.

Besitos, cabrona.
pd. deja de maquinar.