Pinceladas
Escribir esta noche es un ejercicio de poderío.
Escucho extraña música que mezclo en mi sangre; un repetitivo cuchillo resonante me trepana; las ideas se aguzan: buscaré la extravagancia.
No le otorgo más de cinco horas al dios del sueño; mis ojos volverán al creativo rojo; la sabiduría podría consistir en no elegir el cansancio: piénsalo.
La masturbación se hace compulsiva.
El orgasmo me expande… te alcanza…