1.2.06

not yet

La máquina extermina mis opciones en aquel aburrido juicio.
Un contragolpe artero, aprovechando mi ausencia; prueba mi temple.
Y vaya!, me siento intacto –hay quien dice que ando veinte palmos por encima del suelo–.

No obstante, reflexiono.
[Este es el instante en el que el protagonista de la película siempre enciende un cigarrillo y apura una calada con los ojos entrecerrados mirando oblicuo hacia la cámara…]
Y el caso es que encuentro motivos de celebración: cumplo un año sin trabajar (allo hombre-máquina? Sí, es posible.)

Lejos de claudicar, poco más cabe decir.
Tal vez son veintiuno...