30.6.04

Carta de amor

Querida máquina:

En estos días de absoluta incertidumbre, me siento cercano a la más pura libertad. Es la delicia de no saber qué pasará. El placer de que mañana podría ser diferente. Y me siento absolutamente inmune a la degradación que provocas en tus esclavos.

Debes saber, puta desalmada –y advierte que utilizo una de tus palabras–, que mi vida se desintegra por momentos. Tu presencia me acosa, intentas aprisionar mis sentidos y, probablemente, la bola de fuego que es Madrid estos días también tiene que ver contigo.

Pero no.

Sé que te he ganado la batalla, porque tu dominación radica en el miedo.

ven
puta
que dulce es mi leche…


Aquí sigo.
Vivo.