2.7.04

Días de fuego

Madrid es una adaptación moderna del infierno.

Monstruos metálicos rugen jadeantes, ardientes, en los ríos de asfalto.
Las tripas de la ciudad, horadadas por chirriantes orugas, hieden.
El calor derrite el cerebro, exacerba los olores, el poder del sexo.
Mi olfato detecta coños cachondos, palpitantes en sus esbeltas máquinas de seducción.
Follo en trance. Luego, exhausto, me abandono al hastío y al instinto de muerte.

El calor exhorta al delirio…

cabezas hinchadas
eyaculantes
se yerguen
bestias apocalípticas


Si tienes un móvil, llama al diablo, bailará para ti el número de la bestia.