18.7.04

Decisión narrativa


Mis años universitarios fueron el imperio de la ciencia.
Me acostumbré a analizar y racionalizar, a desechar todo aquello que no contuviera un estricto sentido lógico.
Mi pasión, en este sentido, me llevó a transferir esos procedimientos a la vida misma... pero ésta, no se deja hacer.
Algo fallaba.

[Ruptura.]

El amoroso jugueteo con la literatura me sitúa en otro plano.
Puedo expandirme con pasión, con ausencia total de lógica y racionalismo, puedo ser contradictorio y tener sentido, puedo percibir al unísono los diferentes niveles en los que vibra la vida... o ser un eco de la misma.
Funciona mejor. Pero alcanzo la certeza de que el sentido último de lo vivido es una construcción arbitraria.

[El aliado indispensable para que esta fórmula alquímica se perciba con exactitud es el olvido.]