4.7.04

Recordatorio

Desconocemos la duración del extraño don.

Pienso que el tiempo presente es la verdadera vida.
Claro que el pasado nos ha traído, de algún modo, hasta aquí mismo. Claro que es inevitable proyectarse, planificar. Diferentes vetas en uno mismo, colores pálidos, ilusiones intangibles.
Porque la vida sólo late en el ahora.

Si la vida no te ha herido todavía, quizá derrames éste fluido sin darte cuenta. Pero no sé si alegrarme por ti o compadecerme en secreto por lo que habrá de llegarte -deben ser pocos los que se van indemnes-.
Aunque es posible que las heridas lacerantes te hagan vivir de un modo más consciente, más intenso.

Cuando el flujo se corta, una explosión de dolor anega en oleadas. A mayor dolor, más amor adobó ese tiempo. Otros poseen todavía el don y podrán llevarte en sus vidas. Una pequeña inmortalidad que para algunos es todo.

Otros, más nihilistas tal vez, apenas sienten una pálida paliación del dolor...