8.9.04

P2P: verdaderamente clásico

Creo que el poder es adictivo.
Y la sociedad, en conjunto, conservadora.
Son elementos del caldo represor en el que vivimos.

Pero también creo que la innovación en el mundo, que nos lleva a un avance a ciegas –y qué importa–, es imparable: forma parte de la esencia misma de lo que somos.

Y así, asistimos a una eterna obra de teatro que se representa por ciclos a lo largo del tiempo -con adaptaciones, claro está-, nos regocijamos con la apasionada irracionalidad de juicio de los ignorantes, nos estremecemos con la fuerza bruta del poder, nos entretenemos con el romanticismo de los piratas, nos sonreímos con la pasividad del ciudadano medio... y, piano piano, llegamos al último acto, el más corrosivo -al menos para mi mente- que trata, justamente, de cómo la máquina integra en sus engranajes aquello que durante un tiempo fue escándalo y transgresión.