Depravado III
Abro la puerta, levemente vislumbras mi interior.
El veneno, instantáneo, satura tus conexiones mentales.
Mi placer, aquí, radica en la ausencia de antídoto; tu esencia degradada por la mía.
Sé que te acompaño, como los muertos.
Voluntad de cambiar el mundo, violar la rigidez, penetrar en tu mente. Demostrar que los límites entre ficción y realidad ya se han desintegrado. Vivimos una nueva era.