30.12.04

Decisión

El cigarrillo, demasiado fino a sus labios de estrella porno.
La mirada tan lejos, escrutando lentamente mañana, mañana, mañana.
El cigarrillo, sabor a miedo, árido en la garganta, hiriente.
La mirada tan bella, herida brutalmente más allá del poderoso humo.

El cigarrillo, no… no es la droga hirviente que circula por su sangre.

24.12.04

Eludida II

Tengo fiebre.

Como he vuelto a drogarme, la alquimia en sangre es explosiva…
Siento el calor de un coño húmedo, el olor del amor, la verdad del follar.

Son días desmedidos, la máquina late con su mecánico corazón, los esclavos suben y bajan al son de su aburrido dictado, los centros comerciales se llenan de experiencias vacías, los deseos-mentira se envuelven en celofán… y mientras, mi polla no para de eyacular.

[Aún no he logrado fotografiar mi semen.]

Rozo la extenuación.
Arde la vida… no hay mucho más en la tierra.


18.12.04

Gravitación

Mi alternativa canción me lleva a nuevos límites.

Polarizo un instante mi vida hacia el pasado, entonces puedo contemplar mis ecos –tenues tenues tenues–, mis sombras, para luego volver a sentir el presente en toda su extensión e intensidad y deleitarme en el máximo alejamiento de la influencia de la máquina.

A esta distancia, se perfila como el perfecto sumidero de muerte, aborrecible agujero negro, crudo, espantoso. Gorgotea, burbujas fúnebres, que escucho desde aquí, tan lejos, tan bien. Su llamada, el sonido asqueroso que nunca cesa, que devora mundos, que me desea en su disolución. Su poder de atracción, todo el peso del mundo a su favor.

Y cuando cercanos o desconocidos dudan de mí, en mi interior siempre aparece la sonrisa absolutamente maliciosa. Cuatro años estirando límites, viviendo sin descanso, me han llevado a tomar posiciones que otros sueñan. La misma oferta editorial que tengo para publicar esto, mi texto más subversivo y nihilista, es como una patada en los cojones de la puta.

Esta es mi órbita de velocidad brutal, de sensual locura, de puro fuego; me pregunto si no es posible dar otro paso aún. Si, en realidad, no es que me he transformado a un dios de verdadero poder, el dios de mi mundo, el único dios.

Me hago devoto de mis plegarias, me suplico fuerza para vencer el vértigo, para no abandonarme en la caída, para volar más lejos, para abandonar la última influencia de la máquina, para vivir en el mismísimo borde de la existencia, para abarcarlo todo.

En estas fechas, tal vez creas advertir una estrella en el firmamento, la que más luce, de estela bella. Sabe bien que me estarás mirando; brillo de la soledad.

7.12.04

Jai

En la fluidez, París aparece en mi camino.
Esto significa que no he buscado ir allí; París sale a mi encuentro como las putas de Miller.
Si mi erección es consecuente, penetraré a fondo, eyacularé en Montmartre.

Escribo este post imbuido en droga y languidez; me drogo para levantar el vuelo, para ser mi dios, para la creación.
Para sentir París fresca, viva, joven, atractiva.

Cuando la sangre se espesa, todo se ralentiza; cuesta vivir en la parálisis, el tedio, la muerte; la droga combate, me va llenando, el éxtasis aparece en la sangre, el milagro de otro día deslumbrante asoma.

Lector, mi sueño de sangre y semen también te penetra.